METRÓPOLIS ARÁCNIDA: Encuentran impresionante megaciudad subterránea con más de 111.000 arañas

Jhoan Melendez
3 Min de Lectura
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Foto: Urák et al

Investigadores encontraron en la frontera entre Grecia y Albania una impresionante megaciudad subterránea habitada por más de 111.000 arañas, compuesta por una red de seda que cubre más de cien metros cuadrados de una cueva cálida y cargada de azufre.

El hallazgo se dio en 2022, cuando un grupo de expertos de la Sociedad Espeleológica Checa exploraba la zona y dio con esta metrópolis arácnida. Anonadados por lo que encontraron, contactaron inmediatamente a varios biólogos.

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Desde esa ocasión, el investigador István Urák, de la Universidad Húngara Sapientia de Transilvania, ha encabezado numerosas expediciones. Esto, con el fin de estudiar en detalle esta megaciudad de arañas.

Los investigadores, que publicaron los hallazgos en la revista Subterranean Biology, determinaron que la telaraña cubre más de cien metros cuadrados. Dicha extensión es lo suficientemente grande «como para atrapar una ballena», ironiza el medio IFL Science.

La estructura de seda comienza a unos 50 metros de la entrada de la cueva. Luego, se despliega a lo largo de una sección estrecha y de techo bajo, en plena y total oscuridad.

¿QUÉ ARAÑAS HABITAN LA MEGACIUDAD?

El tamaño de la telaraña no es lo único que impresionó a los expertos, sino quiénes la habitan y cómo conviven. Según las investigaciones, se estima que en la cueva viven cerca de 69.000 arañas Tegenaria doméstica, y más de 42.000 Prinerigone vagans. Dicha especie normalmente teje telarañas planas.

Fuera de esa metrópolis, ambas clases son comunes y suelen vivir de manera solitaria. Por ende, nunca se había documentado que convivieran en una misma estructura y mucho menos de forma tan colonial, comportamiento demasiado raro en ellas.

Los científicos creen que esta convivencia insólita se debe al entorno particular de la red. Las T. doméstica, de mayor tamaño, parecen ser las principales arquitectas de la red, mientras que las más pequeñas, las P. vagans, actúan como inquilinas oportunistas.

En ese mundo oscuro, la ausencia de luz habría favorecido esta coexistencia pacífica y, tal vez, simplemente, las arañas no se ven entre ellas.

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