El espeluznante y lento envenenamiento de un hombre que compró arañas por internet

Kimberly Montilla
3 Min de Lectura
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Mark Anthony Kirby, un británico de 38 años, perdió la vida el pasado 2 de agosto en Prescot, Merseyside (Inglaterra), tras la mordida de una araña venenosa que él mismo había comprado por internet. El veneno lo dejó agonizando durante días hasta provocar su muerte.

El hombre, quien vivía solo tras separarse de su pareja, experimentó síntomas persistentes durante una semana y cuando se encontraba desesperado por las dificultades respiratorias que experimentaba, contactó con Kath, su excuñada, quien vivía cerca de su apartamento.

La mujer acudió inmediatamente al domicilio y solicitó asistencia de emergencia llamando al 999, pero Kirby colapsó antes de la llegada de los paramédicos, quienes no lograron reanimarlo, según informaron medios británicos como The Sun y ECHO.

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Los primeros síntomas del Mark Anthony Kirby aparecieron mientras se encontraba en Escocia, pero fueron tan leves que no les prestó mayor atención. El hombre había desarrollado una fascinación recientes por los arácnidos y un par de semanas antes del fatal desenlace, el británico  recibió cinco arañas que había comprado por internet, poco después una de las arañas lo mordió y comenzó, lo que su familia supone, el proceso de envenenamiento en su cuerpo.

Sin embargo, Kayleigh Gill, expareja de Mark, reveló al Liverpool Echo que el “siempre tuvo terror a los insectos cuando estábamos juntos”, destacando lo sorprendente de esta transformación para quienes conocían su historial de aracnofobia.

MARK ANTHONY COMPRÓ ARAÑAS VENENOSAS COMO ESCAPE A LA SOLEDAD.

Gill, quien fue pareja de Kirby durante 16 años y madre de sus dos hijos, describió al fallecido como una persona «divertida, cariñosa y extrovertida“, además de “un papá brillante” para Nathan-Mark, de 18 años, y Kimmy-Louise, de 17. La mujer subrayó que, pese a la separación reciente, mantenían una relación ejemplar centrada en el bienestar de los menores. “Aunque habíamos roto, éramos mejores amigos. Él ponía a nuestros hijos por delante”, aseguró.

La decisión de adquirir las arañas venenosas habría estado motivada por la soledad que experimentaba tras la separación, según la interpretación de su expareja. Kirby vivía solo en su apartamento y había encontrado en estos animales una nueva obsesión que contrastaba dramáticamente con sus temores previos, reseñó Infobae

 

 

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