Esta semana, el tema de la infidelidad ha estado en el tapete a partir de los compañeros de trabajo que fueron capturados infraganti de manera accidental en un concierto de una famosa banda y, la situación “muy particular”, por diversas razones, se convirtió en escandalosamente viral, al punto, de cambiarles la vida para siempre; y dando lugar a acalorados debates en redes, serios para los profundos y caóticamente cómicos para aquellos que lo miran todo desde lo superficial o lo que prefieren reírse de la vida, hasta que ésta comienza a reírse de ellos.
¿Pequeñas o grandes infidelidades? ¿Pueden ser lo mismo?
No les voy a hablar de infidelidades grandes como las del concierto de Coldplay, sino de las pequeñas que generan muchas dudas, sobre si lo son o no pero, que para mí, por continuadas, acaban las relaciones de a poco, pues las erosionan de forma paulatina hasta que se transforman en las de tipo CATASTROFE, como la viral de esta semana.
Si, les voy a hablar de algo que, aunque a menudo se minimiza, puede tener un impacto profundo en nuestras relaciones: las “micro infidelidades”. Como bien saben, me gusta ir al grano de manera honesta, y en este tema, la verdad para mi NO hay «pequeñas» infidelidades, sólo hay INFIDELIDADES. Para mí, y para muchos expertos, cualquier engaño, por minúsculo que parezca, es una infidelidad, al fin y al cabo.
Hace un par de años, ya les escribí de este concepto, y la conversación, sin duda, sigue siendo tan relevante como entonces, si no más, en este mundo digital en el que vivimos. ¿Alguna vez te has preguntado si estás siendo infiel a tu pareja sin siquiera darte cuenta? ¿Te has encontrado en situaciones que te hacen dudar de los límites de tu compromiso?
¿Qué es una micro infidelidad?
Piensen en esto: ¿Alguna vez le enviaste mensajes privados a alguien por internet y se lo ocultaste a tu pareja? ¿Tuviste una conversación secreta en línea o dejaste emojis de corazones en una publicación de una persona que no era tu pareja?
Puede que te parezca insignificante, pero para psicólogos y especialistas, acciones como estas pueden encajar en el concepto de «micro infidelidad» o «micro-cheating». Se trata de esas acciones, aparentemente minúsculas, que indican que una persona está desviando su atención emocional o física hacia alguien fuera de su relación “formal”.
¿Quieren ejemplos de micro infidelidades?
Se los doy sin problemas … Agendar a alguien en tu teléfono con un nombre diferente para evitar levantar sospechas.
También, contactar a una expareja para recordar eventos significativos y compartir chistes en privado.
Dar «Me gusta» o reaccionar de forma excesiva a publicaciones de alguien que te atrae en redes sociales, de manera que tu pareja podría sentirse incómoda si lo supiera.
No mencionar que tienes pareja en interacciones sociales o en línea cuando surge la oportunidad.
Ahora bien, sé que este concepto divide opiniones. Muchos defienden que estas actuaciones son, sencillamente, engaños. Otros las califican de exageradas, y algunos creen que no son deshonestas en absoluto. La riqueza de opiniones nos demuestra que los límites son, a menudo, difusos y personales; y va depender de lo que se haya acordado o hablado desde el principio con tu pareja.
Para mí el tema, es que estas conductas ya son el terreno muy bien “abonado” para que crezca un fuerte roble al que yo llamo sin temor a equivocarme: “INFIDELIDAD”.
La era digital y la evolución de la infidelidad
Antes, una infidelidad se representaba con una mancha de lápiz labial en el cuello de la camisa o un olor a perfume sospechoso. Pero todo esto ha cambiado drásticamente con la irrupción de las redes sociales y las aplicaciones de mensajería.
Para los expertos, la infidelidad ha evolucionado a la par que nuestras vidas se han volcado más en internet, algo que yo en lo particular critico mucho y evito a toda costa. Busco información, trabajo en ellas, pero NO vivo a través de ellas.
Según lo que he leído y escuchado de expertos, la micro infidelidad se puede definir como cualquier acto o comportamiento de un individuo en una relación que sugiere una tercera persona involucrada, ya sea emocional o físicamente. Antes de los teléfonos inteligentes, quizás era quitarse el anillo de matrimonio al salir. Hoy, es mucho más sutil y, a la vez, más fácil de ejecutar sin dejar rastro obvio. No es un fenómeno nuevo, solo se ha modernizado. Hace siglos, el coqueteo se hacía con cartas inapropiadas; ahora es instantáneo y global.
La delgada línea: ¿Preparamos el terreno?
Para mí, y lo digo con toda la franqueza que me caracteriza, el micro-cheating no siempre significa que ya estás siendo infiel, pero como dije antes, se trata de abonar el terreno e ir flexibilizando los límites sin notarlo, es decir, se trata de un comportamiento que, si no establecemos barreras claras, puede abrir la puerta a una infidelidad total. Es una línea muy delgada, un terreno resbaladizo que nos puede llevar al lado de los infieles en un abrir y cerrar de ojos. Las redes e internet hacen que las relaciones sean cada vez más ambiguas, y es nuestra responsabilidad tener claridad.
La clave: Comunicación y acuerdos
La gran conclusión aquí es que, al establecer una relación, las parejas deben comunicarse abierta y honestamente. Es crucial llegar a acuerdos claros sobre lo que cada uno está dispuesto a aceptar o no.
Hablar de estos temas, incluso si parecen triviales, fortalece la confianza y evita malentendidos que pueden erosionar la relación.
Al final del día, la honestidad y la transparencia son los pilares de cualquier vínculo sano y duradero. ¿Qué piensas tú sobre las micro infidelidades? ¿Dónde pones el límite?
REDES:
Instagram: @ATuSalud
YouTube: ATuSaludconMariaLauraGarcia
Facebook: ATuSaludEnLinea
Twitter: ATuSaludEnLinea