Un caso que parece sacado de una película de terror tiene conmocionado a la población de Brasil luego de conocerse la muerte por envenenamiento de Neil Corrêa da Silva, presuntamente coordinada por su propia hija, quien experimentó cruelmente con varios animales para probar la eficacia del veneno.
Ana Paula Veloso, amiga de la hija de la víctima, es una de las principales implicadas ya que confesó ante la policía haber matado al menos a diez perros antes de aplicar la sustancia tóxica a la víctima humana. Según su testimonio, los animales fueron usados como “ensayos” para determinar la dosis letal del veneno.
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El detective Halisson Ideiao, encargado del caso, describió a Ana Paula como una mujer con rasgos psicopáticos, destacando la frialdad y el método con que ejecutó cada paso previo al crimen.
Durante un allanamiento, los agentes hallaron en su vivienda terbufos, un pesticida prohibido y altamente tóxico, que fue clave para vincularla directamente con el asesinato. La policía explicó que Ana Paula tenía conocimientos sanitarios que le habrían permitido manipular la sustancia con precisión.
EL TERRIBLE CRIMEN EN BRASIL
Pero el aspecto más perturbador del caso recae en Michele Paiva da Silva, hija de la víctima. Según la investigación, Michele habría financiado el traslado de Ana Paula desde São Paulo hasta Río de Janeiro con el objetivo de matar a su padre.
Los reportes judiciales describen una relación deteriorada y conflictiva entre ambos, lo que habría motivado a Michele a planear la muerte de Neil Corrêa da Silva. Tanto ella como Ana Paula están actualmente detenidas y enfrentan cargos por homicidio calificado.
Neil murió en abril, después de comer una feijoada, el tradicional guiso brasileño de frijoles, en su casa de Duque de Caxias. Compartió el plato con su hija Michele y con Ana Paula. Horas más tarde, comenzó a sentirse mal y lo trasladaron al hospital Adão Pereira Nunes, donde falleció días después.
Las sospechas recayeron de inmediato en la comida. Meses más tarde, la exhumación del cuerpo confirmó la presencia de sustancias tóxicas, desmintiendo el certificado de defunción original que atribuía la muerte a causas naturales.
UN PATRÓN DE ENVENENAMIENTO
El caso tomó un giro aún más oscuro cuando la policía de São Paulo descubrió que tanto Michele como Ana Paula estaban vinculadas con otros tres casos de envenenamiento. Esto llevó a los investigadores a considerarlas parte de una red con un patrón criminal recurrente.
El Ministerio Público ya había denunciado a Ana Paula por otras muertes mediante veneno, reforzando la hipótesis de que se trataba de una asesina serial.
Gracias a la interceptación de llamadas autorizada por un tribunal, lograron detener a las presuntas implicadas. En las grabaciones, ambas mujeres hablaban sobre el envenenamiento con la ‘feijoada’ y la intención de acabar con la vida de Neil.
Los audios, junto con los hallazgos químicos y las declaraciones, consolidaron una de las investigaciones más impactantes de los últimos años en Brasil.