El presidente de EEUU, Donald Trump, anunció que se reunirá con su homólogo ruso, Vladímir Putin, el próximo viernes 15 de agosto en Alaska con el principal objetivo de acabar con la guerra en Ucrania.
La cita, que tendrá lugar en suelo estadounidense, marca la primera reunión presencial entre ambos líderes desde el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero y podría convertirse en un momento histórico si logra el mandatario norteamericano detener un conflicto que ya supera los tres años.
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«La tan esperada reunión entre mi persona y el presidente Vladímir Putin, de Rusia, se llevará a cabo el próximo viernes en el gran estado de Alaska», dijo Trump en su cuenta oficial de Truth Social.
La agenda del encuentro incluye propuestas altamente polémicas, como un posible intercambio de territorios entre Rusia y Ucrania.
Trump ha sugerido que este acuerdo podría “beneficiar a ambos” países, aunque reconoció que se trata de una negociación “complicada” debido a la cantidad de víctimas y la duración del conflicto.
Según fuentes diplomáticas, Moscú exigiría el reconocimiento de su control sobre regiones como Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, además de Crimea, anexionada en 2014.
Trump insiste en que tanto Putin como el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, desean la paz, aunque descartó que un encuentro directo entre ambos sea una condición obligatoria.
En paralelo, Washington ha presionado al Kremlin con amenazas de nuevas sanciones económicas si no se alcanza un acuerdo. Mientras tanto, Ucrania exige la retirada total de las tropas rusas y garantías de seguridad, lo que complica más el panorama.
La elección de Alaska como sede no es casual: además de ser territorio estadounidense, tiene un simbolismo histórico por haber sido parte de Rusia hasta 1867. Este escenario busca facilitar la logística y reforzar el mensaje de que Estados Unidos lidera la iniciativa de paz.
Sin embargo, líderes europeos han expresado preocupación por un posible “congelamiento” del conflicto sin consultar plenamente a Ucrania, lo que podría fracturar el apoyo occidental.
De momento, no se ha precisado si habrá participación de representantes ucranianos o mediadores externos en las conversaciones de Alaska.