Los habitantes de Río de Janeiro, en Brasil, están horrorizados por el caso de una joven de 22 años, llamada Sther Barroso dos Santos, a quien le habrían quitado la vida un grupo de traficantes de una pandilla local.
Los hechos se dieron en la madrugada del domingo, 17 de agosto, en una zona al oeste de la ciudad. Según el periódico Folha de S. Paulo, Sther estaba en una fiesta de baile funk con un grupo de amigos.
Un narcotraficante del Tercer Comando Puro (TCP) llamado Bruno da Silva Loureiro, alias Coronel, también estaba en la fiesta. En medio de la noche, se acercó a Sther y le pidió mantener relaciones sexuales.
Sther se negó a tener relaciones con el delincuente y, pocas horas después, fue abordada por varios secuaces de alias Coronel. Aparentemente, los criminales abusaron sexualmente de la joven y luego la golpearon hasta la muerte.
PIDEN JUSTICIA POR STHER
Tras propinarle la brutal golpiza, los criminales abandonaron el cuerpo de Sther en la puerta de su casa y huyeron del lugar. Aunque fue trasladada de emergencia a un hospital municipal, la joven estaba sin signos vitales.
Stéfany Couto, hermana de Sther, denunció en redes sociales el crimen. «Le quitó la vida a mi hermana cobardemente, entregó a mi hermana muerta, desfigurada. Él acabó con la vida de ella en el lugar donde estábamos rehaciendo la nuestra», afirmó.
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La Policía de Río de Janeiro puso en marcha una investigación sobre el crimen, pero todavía Coronel ni sus secuaces fueron detenidos. Mientras tanto, los seres queridos de Sther exigen que se haga justicia en el caso.
Coronel cuenta con un largo prontuario y pasó cinco años en prisión por asociación al narcotráfico y porte ilegal de armas. Supuestamente, mata a sus enemigos con un fusil, lanza los cuerpos en cemento y luego arroja los bloques en ríos.
El crimen de Sther no fue un caso aislado, puesto que 49 mujeres fueron víctimas de femicidio en Río de Janeiro tan solo en el primer semestre del año. En 2024, se dieron cuatro casos por día en todo Brasil.