VIRAL: La posible recuperación de los “conejos tentáculos” en EEUU y su aporte contra esta enfermedad en humanos

Luis Alfredo Ledezma
3 Min de Lectura
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Cortesía

En las tranquilas praderas de Colorado (EEUU), una escena inquietante captó la atención de residentes y expertos: conejos silvestres con extraños crecimientos negros en forma de cuernos y tentáculos sobresaliendo de sus cabezas.  

Esta perturbadora imagen no es producto de una mutación genética ni de una amenaza alienígena, sino del virus del papiloma del conejo de cola de algodón, también conocido como Shope papillomavirus.  

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De acuerdo con la información reseñada por Time, descubierto en los años 30 por el Dr. Richard E. Shope, este virus ha sido clave en investigaciones médicas, sirviendo como modelo para el estudio del virus del papiloma humano (VPH). 

La transmisión del virus ocurre principalmente en verano, cuando insectos como mosquitos, pulgas y garrapatas actúan como vectores.  

Es así como los conejos infectados desarrollan desde pequeños nódulos hasta prominentes estructuras que pueden alterar su apariencia de forma dramática. 

Aunque el aspecto resulta alarmante para quienes los observan, los especialistas aseguran que la mayoría de los animales no sufre consecuencias graves.  

De hecho, cerca del 35 % logra recuperarse de forma natural en un plazo de seis meses, sin necesidad de intervención humana. 

La clave de la recuperación está en el sistema inmunológico del conejo. Si los crecimientos no interfieren con funciones vitales como la visión, alimentación o hidratación, el animal puede superar la infección sin ayuda médica.  

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Durante el proceso, los tumores pueden crecer antes de comenzar a reducirse, pero la cicatrización natural es frecuente. En casos más severos, donde las protuberancias bloquean la boca o los ojos, el riesgo de desnutrición o deshidratación aumenta, y es entonces cuando se considera la eutanasia como medida excepcional. 

A pesar del impacto visual y emocional que genera esta condición, las autoridades han optado por una política de no intervención. Colorado Parks and Wildlife recomienda no tocar ni alimentar a los conejos infectados, y solo intervenir si el animal muestra signos de sufrimiento extremo.  

Esta postura busca respetar el equilibrio natural, permitiendo que la fauna silvestre enfrente sus propios desafíos sin alterar el ecosistema. 

Finalmente, es importante destacar que este virus no representa un riesgo para los humanos, ni para mascotas como perros o gatos. Aunque los tentáculos y cuernos puedan parecer sacados de una película de terror, la ciencia ofrece una explicación clara y tranquilizadora.

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