Sangriento asesinato de cuatro personas a manos de un exmilitar en un bar de EEUU, se escondió pero lo descubrieron

Luis Alfredo Ledezma
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Michael Brown, el hombre de 45 años acusado de perpetrar tiroteo y asesinar  a cuatro personas en un bar de Anaconda, una pequeña localidad de Montana (EEUU), fue finalmente capturado. 
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Michael Brown, el hombre de 45 años acusado de perpetrar tiroteo y asesinar a cuatro personas en un bar de Anaconda, una pequeña localidad de Montana (EEUU), fue finalmente capturado. 

Como se recordará, la tranquilidad de Anaconda se vio sacudida el pasado 1 de agosto cuando Brown abrió fuego en el bar The Owl, dejando cuatro víctimas mortales.  

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Las víctimas fueron identificadas como Daniel Edwin Baillie (59), Nancy Lauretta Kelley (64), David Allen Leach (70) y Tony Wayne Palm (74), todos residentes de la zona y conocidos por los vecinos.  

El ataque, perpetrado sin un motivo aparente, desató una intensa búsqueda que mantuvo en vilo a toda la comunidad durante una semana.  

El fiscal general de Montana, Austin Knudsen, calificó el acto como una masacre perpetrada “a sangre fría” por un individuo inestable.  

Lo que se detalló en su momento, es que Brown tiene antecedentes de problemas mentales y vivía junto al bar y, además, era cliente habitual.  

Tras el tiroteo, Brown huyó en una camioneta blanca que luego abandonó. Lo vieron descalzo y sin camisa antes de cambiarse de ropa con prendas robadas y adentrarse en unas montañas cercanas. 

La operación de búsqueda involucró a múltiples agencias, incluyendo el FBI y equipos SWAT, que rastrearon las montañas cercanas durante días.  

Finalmente, este viernes, 8 de agosto, el gobernador Greg Gianforte anunció la captura de Brown. Poco después, agradeció la labor de las fuerzas del orden y expresó su solidaridad con las familias de las víctimas.  

De inmediato, la detención generó un gran alivio, para una comunidad, que vivió días de miedo e incertidumbre. 

Brown, exmiembro del Ejército de Estados Unidos y de la Guardia Nacional de Montana, había servido en Irak, y su historial médico plantea preguntas sobre el seguimiento psicológico a excombatientes.  

De hecho, Kristian Kelley, hija de una de las víctimas, explicó que Brown “tenía problemas de salud mental y trastorno de estrés postraumático (TEPT) por su servicio militar”.  

Asimismo, comentó que nunca lo había conocido como una persona violenta, sino más bien como alguien que solía contar historias extrañas.

Otro vecino, Shane Charles, recordó que Brown solía narrar fantasías. En las mismas, aseguró haber sido “John Wick” o la mano derecha del presidente. 

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